El diccionario de la Real Academia Española define a la solidaridad como la “adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”. El concepto ha sido históricamente abordado por los fundadores de la sociología moderna como Durkheim, quien incluso la divide en “mecánica y orgánica”. En la bioética actual diversos autores la proponen como un valor subyacente en muchos textos, pero con un nuevo significado relativo a una serie de prácticas compartidas que reflejan un compromiso colectivo para compartir los costos de asistir a otros, por supuesto todos los costos como los financieros, sociales o emocionales. Entendida de esa forma implica una práctica y no solamente la expresión de sentimientos o valores, se necesitan acciones concretas que Barbara Prainsack y Alena Buyx (Nuffield Council on Bioethics) dividen en tres niveles. Primero, un nivel individual y personal para lo que utilizan el ejemplo de dos personas que coinciden en un vuelo cuyo retraso provoca la imposibilidad de acudir a una junta a la que debían asistir ambas.